Los instrumentos de pequeña percusión resultan un recurso útil y económico para un taller de música. A mi parecer, son básicos para el comienzo de la ejecución instrumental y para crear pequeños temas con los niños/as. Son simples, cómodos y resultan adecuados para llevar a cabo instrumentaciones a cualquier nivel y con cierta calidad en el sonido.
Estos instrumentos también son llamados instrumentos Orff por el compositor alemán Carl Orff, que los utilizó en el desarrollo de su método de enseñanza musical. Si tenéis curiosidad por conocer el método aquí podéis leer una pequeña síntesis:
Es muy interesante, fácil de aplicar en el aula y proporciona resultados bonitos a corto plazo, lo cual refuerza el gusto por tocar en grupo de los niños/as.
Los instrumentos Orff se distribuyen en dos grandes grupos:
- Los instrumentos de altura indeterminada, apropiados para acompañamientos rítmicos, pueden dividirse en tres familias:
Metal: plato, triángulo, sonajas, crótalos, cascabeles.
Parches: timbal, pandero, pandereta, bongoes.
- Los de altura determinada, capaces de producir melodías, se componen de láminas que suenan al ser percutidas con baquetas. Estas láminas pueden ser de metal o madera y habitualmente tienen escrito en su base el nombre de las notas que producen. Los instrumentos con láminas inspirados en instrumentos del Lejano Oriente, son los carrillones y metalófonos. Los instrumentos con láminas de madera se llaman xilófonos y están inspirados en instrumentos africanos.